domingo, 4 de diciembre de 2011

Moebius


Moebius. Poetas nacidos en los ochenta. Una memoria. 

Gerardo Lino

Soñé con un poema. Era breve, de unas tres o siete estrofas y versos endecasílabos de seguro; quizás alejandrinos. Al despertar no recordé qué decía. Quedaba la sensación de su redondez, de su inevitabilidad. Eso fue suficiente.
Había estado leyendo como desesperado una serie de poemas escritos por unos hijos de los años ochenta, reunidos en una antología que ostenta el nombre de Moebius. Sus diferencias y sus semejanzas me llamaron la atención; su madurez de cosa que ya da fruto; su frescura, en el buen sentido de la palabra —y en el malo—. No creo que eso haya influido en el poema que soñé, o al menos no creo que ese poema soñado y desaparecido para siempre fuera una especie de resumen, síntesis o zumo de todo lo que en aquellos pude asimilar o que sin darme cuenta pudieron darme. Sería imposible e indeseable —sobre todo indeseable— que la diversidad de las escrituras pudiera llegar a agotarse en ese residuo, por más perfecto que pudiera haber sido. Porque en la realidad, en la realidad de la lectura con que nos alimentamos, gozamos y parimos, nada sería más empobrecedor que solamente acceder a un exclusivo y único poema, como si con eso se nos hubiera otorgado al fin el summum de lo eterno.
Nada más indeseable. Acostumbrados como estamos a la incertidumbre, sin duda buscamos con ansia un asidero, un refugio para la noche, una palabra que sin titubeos nos quite los titubeos; una forma verbal que diga lo que somos, que piense lo que pensamos, revele ese nudo de lo conocido que ignoramos o dé luz en nuestra ignorancia, en la desolación, siempre contra la indiferencia y siempre con el gozo de haber estado en cierto lugar tan cierto como los lugares que visitamos o que nos visitan en los sueños.
Que el poema salga del sueño soñado o del sueño de la vida, no importa; pero que salga, que podamos cogerlo como un animal elusivo y ponerlo con nuestras propias palabras. Que venga del sueño de la muerte de Shakespeare o de esa larga marcha por los reinos de la muerte que hizo Dante; pero que venga y podamos asestarle un tajo como en los sueños que ahora llamamos Ilíada, a fin de arrastralo con nosotros mientras somos arrastrados por la tierra impía, por las rapsodias de la compasión o por las aguas tentadoras. Que aparezca inopinadamente en el umbral de nuestra puerta, como le dijo a Kavafis la Mayor Señora del Mundo: “no soy tu esclava para que me llames cuando se te pegue la gana; tú tienes que estar esperándome”.
Como quiera, pero que sea.
Luego: reunimos esos intentos del espíritu en las formas verbales; los damos a leer a nuestros amigos; escuchamos sus pareceres o lo que dicen que dicen que dijeron nuestros adversarios —en especial, lo que no pudieron decir—; nos atenemos a la crítica que por su casa empieza —y así—. Entonces consideramos pertinente darlos a la luz.
Una lectora —o un lector— nos dice que quiere publicarlos junto con otros. Damos nuestra anuencia. Resulta que esos otros son nuestros coetáneos, seres que por un azar, igual que uno, nacieron en los mismos años. Y ahí vamos, cooperamos para que nuestro proyecto se vuelva un objeto más del mundo y sea leído, igual que hemos escrito un poema: para que llegue a los lectores —si no, para qué.
Llegó este libro a mis manos por invitación de un amigo. Agradezco la oportunidad. Porque no suelo leer antologías. De hecho, soy incapaz de hacer un estudio crítico sobre las antologías que sin cesar aparecen —mendaces unas, críticas otras; de grupo, individuales; todas con la misma ínclita intención: ser leídas—. Falta poco para que acabe y puedan leer algunos poemas de Moebius algunos de sus autores.
Tuve la tentación de citar versos que me atrajeron, de aquellos que responden a la expectativa congénita de los lectores de poesía: que el poema sea inevitable. Uno va leyendo y conforme aparece la siguiente palabra en la percepción, otro adentro va diciendo “sí, sí, síguele así, así es”, como quien concuerda con el amante por la verdad que el ritmo acompasado de los cuerpos nos confiere. Tuve la tentación, pues. Considerando en frío, sería un despropósito caer en esa parcialidad, porque al fin y al cabo estos jóvenes escritores tienen sus ilusiones y ay de aquél que desgracie la inocencia. Eso se lo dejo a los lectores de Moebius: ya dirán cómo los oyen, cómo los ven, quién vale o valdrá o ya valió.
Solamente una cosa les digo: estos 21 poetas están haciendo vivir la poesía —igual que muchos a quienes jamás conoceremos—; andan tras ella por los desiertos con tal de darle alcance o por los mares de la confusión hasta dar con la Fiel que no es de nadie; asedian ante las murallas imbatibles para darle un tajo; visitan esos nobles castillos donde residen las figuras de sus ancestros, “desde Homero hasta Joseph Conrad”; desde Mallarmé hasta Octavio Paz; desde Rilke hasta Lizalde; desde John Keats hasta Anne Carson; desde Emily Dickinson hasta Coral Bracho; la esperan atildados en sus puertas —no a Coral, que ya sería una bendición, sino a la Mayor Señora del Mundo—, anhelantes o haciéndose los dormidos pero pendientes.
Despierto del sueño de haber escrito; me encuentro un obsequio —de Ella. {2XII11}

jueves, 17 de noviembre de 2011

Juan Jorge Ayala / Una imagen entrañable: un par de rabiosos seres



Estimado maestro . G:

“Expectativa” es la palabrita que anduve buscando estos días de lectura de tu texto. Me explico: hay poetas a quienes se les adivinan las mañas, los giros, los deslices; otros a quienes ni siquiera vale la pena buscarles el mejor ángulo porque carecen de toda arista. Pero cuando ha seguido uno (uno-lector) a un poeta en quien descubre gustoso en cada libro, en quien se regocija porque su lenguaje es más que un ejercicio intelectual o un simple pálpito, entonces surge eso que llamo “expectativa”.
Bien, tu Mua,yo,mi y aveces tu me confirma el arraigo cada vez mayor de tus registros poéticos; ese carisma capaz de sublimar o execrar, de encumbrar la tradición o de refrescar las formas versiculares. Puedes, sin menoscabo de la elegancia, ir del dicho al lecho, de lo lírico a lo epigramático, de lo formal y contenido del octosílabo y el endecasílabo a lo abiertamente prosístico.
Tu poema (lo llamaré así para evitar caer en disquisiciones técnicas) logra crear ―con toda intencionalidad maliciosa― una imagen entrañable: la de un par de rabiosos seres que se resisten a hacer del amor y el erotismo un lugar común, una fórmula gastada y envilecida por la melcochería. Su canto (resalto lo atinado del epígrafe de los Carmina) no puede ser orquestado más que por ese clic instantáneo, por esa impronta digital que la tecnología provee para que los amantes reinventen su lenguaje.

También son inocentes las palabras:
depende de cómo las use quién
que las reviste o las desnuda de signo y forma […]

Te diré que el poema me hizo recordar una impecable prosa que publicaste en alguna revista o diario hace algunos ayeres (¿10, 15 años?). Sucede en un hotel de paso: él medita en la cama, sale del cuarto por un vaso de agua; un relato que tenía ya a todas luces bien asimiladas lecturas no sólo garciaponceanas, sino de la mejor tradición literaria grecolatina. En fin: sólo quería hacer notar esa referencia.
Sin embargo, me preocupan algunos aspectos “estructurales” del poema.
Me referí al principio al registro de tu voz, del aliento que caracteriza tus anteriores trabajos; y creo (aun con la dispersión y la falta de memoria para citar títulos y versos) que en ellos has logrado contener la “forma”; es decir, has evitado que los textos se desboquen, se salgan de fuste por la bendita euforia de escribir. Hay aquí, por ejemplo, dos textos breves que me parece prolongan sin mucho éxito el libro, y que por su ubicación casi central lo alentan demasiado:

Qué vas a hacer con estos huesecillos
cuando ya no se muevan
------------------------------------
No tuvo que haber palabras para seducirnos:
luego de hechizarnos nos damos ese lujo

¿Cuestión de ubicación? ¿Excedentes? No sé, pero vale la pena reconsiderarlos.
Otro asunto es una voz intrusa que aparece por ahí, y que definitivamente desborda la secuencia de las primeras, segundas e involucradas “personas”:

Rendidos ya por lo insaciable
yacen como si una muerte pudiera hacerlos nacer […]

Ahora bien: ¿el valor del signo es por sí mismo literario, más allá de sus connotaciones semióticas? Esta pregunta, que parecería digna de coloquio universitario para principiantes, no es más que una preocupación estilística para mí. O sea: ¿si es literario per se debe ser necesariamente literal? Veamos:

Sobre mua? Que miedo.:—0:—0:—0

Oye quiero postre, sopa, manzana, y que me digas:
me gusta tu coño. :—P ufff

Coñmo nn;—)
:—> je ]

[Las negritas son alevosía mua].

Más que hacerme ruido lo visual, me distrae su exceso. No quiero decir que se eviten, sino que se moderen. Pero esto obviamente tiene que ver con la respuesta a la pregunta filosófico-existencial de líneas arriba.

No divago más: si me preguntas si debes publicar ya este poema, diría que hay otros textos tuyos que merecen antes ese privilegio. En lo muy personal, creo que Mua,yo,mi y aveces tu tendría que pasar aún cierta fase de depuración para mostrar mejor sus virtudes.


Juan Jorge Ayala
[Junio de 2011]

lunes, 14 de noviembre de 2011

Jorge Montiel / Penetrar la carne de las cosas


"el amor que coquetea, que es, a veces, juguetón, carnal, tonto, frágil"

[ Comentario crítico sobre Mua,yo,mi y a veces tu ]

Jorge Montiel


Hace poco leí este libro de poemas de Gerardo Lino, que muy gentilmente me hizo llegar. Debo decir que cuando me di cuenta que el tema era el ya tratado y sobre tratado tema erótico, no esperé encontrar algo nuevo. Según algún comentarista de Neruda, nadie, ni antes ni después, ha encarnado el amor como lo hizo él. Quizás. Pero lo que atrae del libro de Lino no es simplemente el amor encarnizado, sino más bien el amor que coquetea, que es, a veces, juguetón, carnal, tonto, frágil. Es decir, el amor en la maravilla de su cotidianidad. Para descubrir esta maravilla analizaré, en este comentario, los recursos que hacen del último libro de Lino —si no estoy mal informado— una exquisitez en su lectura.
            El libro empieza con el epígrafe de una conversación entre “ellos”. Él la quiere para sí, ella está dispuesta. En esas dos líneas una ligera fibra estalla, el lector sabe que ha comenzado algo. Luego él se retuerce ante la imposibilidad de responder a una declaración tan directa. Aquí se puede observar un primer detalle: el tono conversacional del libro. Lino no sólo incorpora fragmentos de conversaciones reales —lo cual es una novedad en sí—, sino que además el modo en que el poema está dicho es conversacional. Pensemos por ejemplo en esta línea: “Quiero tu pelo largo para hacerte trenzas”. Aquí no hay discurso, en el sentido artificioso de la palabra, hay un deseo que hace uso de la palabra para expresarse. Y sin embargo, hay poesía en la sinceridad y la simplicidad del lenguaje hablado. Esta manera de poetizar tiene sus implicaciones: el poeta no se detiene, se deja llevar por el erotismo; pero tampoco puede retirar lo dicho. Esto hace que el lenguaje se haga frágil y fuerte a la vez. Frágil porque no hay tiempo para correcciones, lo que se dice, se dice de una vez y ya; fuerte por la sinceridad y la intensidad interna con la que se dice. ¡Tanto que se parecen en esto el lenguaje y el amor!
            Otro punto que quiero comentar aquí es la velocidad de los poemas, o quizás deba decir las velocidades. Lino va del tono leve, tranquilo, meditabundo, al torbellino. Pensemos, por ejemplo, en estas líneas: “Fueron los libros/ aunque no los leímos juntos/ los que nos llevaron a esto—”. Aquí él piensa cómo fue posible haber llegado a ese punto. La voz poética está pensando en voz alta, está reflexionando con ella. La velocidad es tranquila, no hay prisa ni intensidad, la velocidad del verso es la velocidad del pensamiento y no la del deseo. Por otra parte, la velocidad se incrementa con la intensidad erótica: “Y no porque consten de las gruesas palabrotas/ que exclamamos ay cabrón/ qué haces con esa verga/ ay dedos pervertidos/ sí maligno así/ dame plis por el culo pero no me lastimes ojete/ rómpeme con las uñas hijaeput méteme algo/ cómo te derramas con el coño/ puta perro qué rico/ apestas como a madres/ me gustas apestocito/ a más de otras que ya se me olvulan/ o por pene no me atrevo”. En este caso, la acumulación de imágenes, sensaciones y expresiones generan un ritmo salvaje. El lector entra en el campo de batalla, presencia el acto sexual, con la lectura de cada verso su ritmo cardiaco se acelera, la sangre le llega hasta la ingle y quizás —depende de la imaginación de cada quien ocurre la erección.
            Otro aspecto de Mua,yo,mi y a veces tu es el uso del sarcasmo y la ironía. Una de las formas en que Lino logra esto es por medio de la recreación de pasajes bien conocidos de los que la voz poética sale victoriosa. El siguiente poema es un ejemplo de ello:

Tuvimos que salir corriendo del Paraíso varias veces
y es cierto:
sentimos vergüenza
—ya bañados y bien vestidos

Aquí Lino sitúa al lector en el pasaje de la Biblia sobre Adán y Eva, toma a estos personajes, los encarna en la voz poética, luego reafirma el final de la historia para después agregar sutilmente el ingrediente sarcástico.
            La ironía se logra por medio de la construcción de un deseo que se desarrolla durante todo el poema y culmina con la angustia de lo irrealizable. Sin embargo —y aquí entra la ironía— “no hay tiempo sino para coger”. El mejor ejemplo de esto es:

Quisiéramos cantar
abrir un libro comentarlo
ir a los bailes a los bares
contarnos historias extensas
o poner una casa
cuidar los hijos inengendrados entre nos
organizar algo
compartir con amigos nobles
ir al cine a festivales de jazz
o estudiar juntos doctos otro poco
construir un proyecto
viajar a los lugares venerados
—ah: no hay tiempo sino para coger

            Una particularidad que quiero señalar aquí es la incorporación de conversaciones y de signos expresivos comúnmente conocidos como “caritas”. Esta es otra de las innovaciones de Lino, el aspecto visual del poemario. Estos signos no son adornos al poema, sino significantes en sí. Su uso es tan cotidiano en las conversaciones por internet o por mensajes de texto, que su incorporación está justificada por el hecho mismo de que así nos expresamos. A través de la incorporación de conversaciones reales por medios electrónicos, Lino explora un lenguaje que aún no ha sido explorado en la poesía: el lenguaje electrónico. Tanto como los signos, la incorporación de estas conversaciones está justificada porque ayuda a aportar significado al todo del libro, logran entramar un tejido poético, en otras palabras, amarran el poema.
            Pese al tono juguetón, el uso del lenguaje coloquial, etcétera, Lino por momentos nos revela verdades que va encontrando en el intrincado camino del amor. Es decir, su reflexión no se queda en la superficialidad de lo cotidiano, sino que toca las superficies, juega con ellas y las penetra descubriendo para el lector verdades ocultas dentro de la misma cotidianidad. Un ejemplo de ello es el siguiente poema:

No es la muerte definitoria
la de a deveras
sino la cotidiana
—deberes idiosincrasias
usos del dentífrico platos del fregadero
las horas señaladas el modo de dormir—
la que nos matará

Aquí podemos ver cómo Lino encuentra algo entre las cosas ordinarias, ese algo es una verdad que se aplica para cualquiera de nosotros. Es decir, Lino no se queda en el mero lisonjeo ni en el amor entre pieles. Lino busca en ese amor una respuesta a su existencia: “Quizá: ‘no buscabas el arte / amor buscabas’// Sí!”
            En conclusión, la manera en que Gerardo Lino muestra el amor en la maravilla de su cotidianidad es por medio del uso del lenguaje conversacional y coloquial. Esto hace que el discurso mismo sea, en momentos, fuerte, y en otros, débil, tanto como la pasión misma. La velocidad de los poemas va de acuerdo con la lucidez del pensamiento o con el frenesí del erotismo, siendo a veces reflexivo, con ritmo calmado, y otras veces pasional y turbulento invitando al lector a entrar en esa otra realidad del erotismo. Por medio del uso de la ironía y el sarcasmo Lino agrega el tono juguetón al libro, sin embargo, ese mismo tono no lo previene de explorar su cotidianidad y penetrar la carne de las cosas para luego parir verdades y encontrar respuestas a su existencia.


_________________
Jorge Montiel (6-XI-1986), poeta, Northeastern Illinois University.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Andrea Barreto / Un acercamiento placentero a lo divino


Un acercamiento placentero a lo divino

Andrea Barreto



Mua,yomi y aveces tu se propaga como un incendio a través de la piel, toma la médula espinal del lector y la electriza como cuando el nervio del codo es golpeado por un objeto cualquiera.
Gerardo Lino evoca las relaciones socialmente mal vistas y poco entendidas (por aquellos que no las han tenido), no por esto menos cargadas del instinto animal primigenio: el deseo. En realidad pasa totalmente lo contrario: el deseo se cura con la consumación del mismo como el calor de la costa se apacigua, para una capitalina como yo, con un café que parece agua para despellejar pollos.
Es así que las palabras de Lino encienden la memoria de la piel y provocan la recreación violenta del magnetismo peligroso del deseo que todos, quizá con un contexto más cotidiano, hemos sentido.
En el libro, las menciones de la comunicación vía internet rompen con la cotidiana frialdad de la era tecnológica, lo que hace más posible intercambiar a Gerardo o a su musa por uno mismo.
Lino nos otorga existencia en los escenarios que escribe, llenando nuestros zapatos de la arena de su urgencia, cubriendo nuestra piel del cobijo consumado del deseo.
Mua,yomi y aveces tu es un violento despertar a las variantes no aceptadas del deseo, una provocación a salir y vivir sin frenos, una invitación a eliminar nuestra conciencia plagada de afirmaciones tan cristianas como la monogamia. Expresa la pérdida de la aberrante soledad y el encuentro de alguien ya encontrado por alguien más. Todo esto frente a la posibilidad de un acercamiento tan placentero a lo divino.

——————
Andrea Barreto nació el 27 de diciembre de 1993 en Toluca de Lerdo.
Estudia la licenciatura de Letras Latinoamericanas en la Universidad Autónoma del Estado de México.

domingo, 6 de noviembre de 2011

  






Mua,yo,mi y aveces tu






Gerardo Lino





















—Por qué te juntas con éste.
—Pues yo quiero juntarme contigo; pero no te dejas.

[¡Diablos dioses! ¡Cómo se contesta ante una respuesta así!]



























El tiempo atraviesa nuestros cuerpos
pero ellos
confundidos
no quieren saber de su existencia

De la eternidad
sin pensar
desean que exista:
por eso por si sí o por si no
luminosos
siguen cogiendo

Siempre es otra la verdad:
me angustia el tiempo en que no estoy con ella—
se le hace eterno cuando no está conmigo—















Con toda razón Gonzalo preguntaba
“qué amamos cuando amamos”
pero nosotros no amamos una idea
ni respondemos a la intriga de la finalidad
ni a las distracciones del origen
ni hacemos caso de los modelos plotinianos
—y eso que ya hemos montado hartos diversos animales—:
solamente obedecemos el gusto bueno de nuestros cuerpos con la lengua
seguimos el rastro de nuestros multíparos olores
a ojos cerrados la tersura de las pieles
—de la nariz al clítoris y del cabello al glande
dorsos escondrijos pezones en los párpados
cejas al óleo de cierta diosa auroral—
a ojos abiertos las aberturas
y con el oído las combinaciones















Quiero tu pelo largo para hacerte trenzas

Tu ombligo escueto para escuchar tus cosas

Conca silente dedillos del pie comisuras horizontales
porque estamos de lado a lado

Verte durmiendo vencida por tu propia fuerza

Al lado de las muchachas que sigo viendo
—tú sí me viste
viniste a encontrarme
besaste mis labios
(Arrodillada: cuando al fin muera serás la única a quien diga:
Noli me tángere: ya suéltame)















[ Me encanta que estés adentro y mojar tu cama:—)

Dice que quiere entrar y ya no ve la hora ٭

Ella dice que nunca quiso que él saliera ;—)

Qué ganas temgo d tener tu boca pegada a mi sexo ]























[Toda la santa noche me la pasé con ganas de ti:
gozo tu olor en mis manos
ahora
con un libro
hace rato entre las sábanas
y no te extraño pues te siento cerca y aun así quiero
oír tu voz y ver cómo sufre tu cara mientras tu coño es mío… ]























(A los exánimes la visión divina les parece cursi)





























[ Sed de ser tuya
sed de tener tu verga dentro
sed de sentir tus manos en mi sexo
sed de ser de ti ≈ ≈ ≈  ]


























Excluyo los aventurados dichos intimísimos
como el sabor del postre
la sazón de mi sopa
las gomitas de dulce
la hora y el sitio del café de la cerveza
el desayuno listo para cuando llegues
























—¿Por qué —sien en el seno— estás conmigo?
—Luego te contesto —sonríe.

[ Se me olvidaba la respuesta.
Y dice maomenos así:
No preguntes, deja todo de lado. Recibe el don —basta.
Te suena? Je:—| ]

Dejarme la boca abierta con mis propias palabras!





















Gracias habrá que dar a la llovizna
al aire que nos saca de nuestro encierro
al granizo de nuestra montaña común
fría candorosa cara impasible —y mortal:
que allá pude caerme y seguí cuatro decenios
nevadas calmas sequías eléctricas tormentas
ríos de lenta mierda ruido sopores miasma

—¡hasta que me encontraste!
y luego salió el sol como un mar sobre las nubes




















[Qué harás hoy:—)

Ir a la editorial
ver muchachas
y esperarte

Ver muchachas  !!! :—/ ]

Y luego de los juegos:

[Y vas a ver muchachas?
Me encantas así a secas:—) ]


















Y no digamos los padecimientos por las veleidades del dichoso tiempo:

[ Harto te extraño:—/.

):—Φ Zzzzz mua:no veo casi, duermo. Muak z

despierta tengo ganas mensajeras
y hartas
que casi me hago en mi jugo :—P ]

(Luego de tales transcripciones palpo que fluye mi seminal!)



















Cómo decir el olor de tu boca
si no hay comestibles que se le parezcan
verduras ni carnes ni leches

O decir eso manando de tu lóbulo
mejilla mitocondria yugular
si no hay esencias semejantes
jabones lavados con tus entresijos
ni aguas lustrales veneros de licores

Decir qué rico hueles acre dulce
sal endemia de jazmines
fragancia de tu dedo más chiquito

Ningún sudor es como el tuyo axila
dice mi lengua
ni los flujos que pueda recordar
ni ramilletes de lavanda ni flor de naranjo

Desde tu más inocente orificio
mi olfato te pregunta
comes fruta ¿verdad?








Moja deja humedece instila aja
perfuma hechiza hiede
y hediendo pervierte las lánguidas ideas de los aromas
sublima cálices silvestres
y seca desliza parece hablar
querer decir con las palabras gruesas
acaricia con los nombres indecibles
las voces más tiernas de quien está naciendo
con tus ayes mugidos oraciones demoniacas venéreos tartajeos
míos de santo mártir vírgenes saciables insaciadas

Mojar me callo


















Tuvimos que salir corriendo del Paraíso varias veces
y es cierto:
sentimos vergüenza
—ya bañados y bien vestidos


























De joven se me dio leer relatos
escenas episodios en que una súbita erección sentía

Ahora por primera vez
—“de diez lustros de amor”—
me mojo de mi aceite seminal mientras escribo
























No debería poner estas cosas por escrito
—y menos publicarlas—
como no deberíamos darnos besos en la calle:
por no herir la soledad de los solos

Pero así pasa impertinentes
execradores de la lubricia
proba gente juiciosos de la modestia
nativos del paisaje de la envidia:
porque estamos loquitos




















Si Dante nos hubiera conocido
también nos habría puesto en el Infierno
comprensivo y sin poder perdonar
libre de juicio: atado al Destino


























Fueron los libros
aunque no los leímos juntos
los que nos llevaron a esto—
libreros y amigos y poetas
tu mirada

























Qué Paraíso puede haber
sino este estar estando unidos
a pesar del infierno del entorno mundano



























[Ya voy en el bus p mi casa
siento que me pones muy feliz:—)

Fui al face :—p tu sacas lo mejor de mua

Estoy xcribiendo sobre ti.

Sobre mua? Que miedo.:—0:—0:—0

Oye quiero postre, sopa, manzana, y que me digas:
me gusta tu coño. :—P ufff

Coñmo nn;—)

:—> je ]















¿Qué hubiera respondido Nora Barnacle?
Hasta el padre Joyce SJ se hubiera turbado
—y ni sabría qué hacer
y sería feliz—


























Cierra esa sonrisa cuando ya no estés conmigo
Baja los ojazos al suelo del ayuno
Ni andes feliz tan feliz al recordarme—
No vaya a darse cuenta tu marido
(Nadie quiere ser cruel)

























Miras como si no quisieras
como si estuvieras por irte

mas clavas tu temor como deseo:
quedo prendado en tu designio

























Audaz eres
tímida
mírame en tus redaños!



























[Huuuuuuuuumeda,cali
ente,quiero mimos, manos, lengua
lamer, sentir, mojar, chupar
y semén en mia boca me tu des:—o

Húmeda mía: me dejas mudo :—‘
txñ harto muy ٭،
Mañana viens “)

Aló? Ola ~ ~ ~ hasta mañana es mucho tiempo:—(
Y si me raptas y me llevas lejos bueno más lejos?

Si, muxo tempo e muy lejos muy &ΞΘ<>< ]

















Ah
si la dicha pudiera decirse
no solo gritarse
callarse—


























En trances no recuerda lo que dijo
se lo digo
se sorprende
abre más los ojos
la boca—

























Delicada
acrimoniosa
sutil
azucarada de arroz
como los cigarros que yo fumo
fuerte frágil fiera
humorosa
umbría
humedescente
me caes mal en un minuto
me caes bien en todo el día
y al atardecer siete de la noche madrugadas
pues respiro por ti sabiendo saboreando
que sin querer me has de matar
















Cuando ya estás conmigo
se desvanece lo oscuro lo grave lo seco:
yo



























[ Kuando l klases ;— ~

;—( no se. Hasta el primero de junio.

Ka 2 semanas !!! Me la voy a cortar, coño.
Snyf ا—(

:—onooooooooo es para tanto;—(
espero verte antes ;—( snif,snif ]





















Las verdades que saco en claro cuando entro por tu cuerpo

aquellas que intuyo en las oscuridades como por reflejo en tercera dimensión

esas palpitaciones entre los tiernos tegumentos del espíritu sangrante

no se pueden decir—























Y no porque consten de las gruesas palabrotas
que exclamamos ay cabrón
qué haces con esa verga
ay dedos pervertidos
sí maligno así
dame plis por el culo pero no me lastimes ojete
rómpeme con las uñas hijaeput méteme algo
cómo te derramas con el coño
puta perro qué rico
apestas como a madres
me gustas apestocito
a más de otras que ya se me olvulan
o por pene no me atrevo
no:
son otras cosas más palpables
reveladas mientras existimos y nos morimos juntos
extraños y tan íntimos
—como si durmiera el dios
y la diosa nos llenara la boca











Quisiéramos cantar
abrir un libro comentarlo
ir a los bailes a los bares
contarnos historias extensas
o poner una casa
cuidar los hijos inengendrados entre nos
organizar algo
compartir con amigos nobles
ir al cine a festivales de jazz
o estudiar juntos doctos otro poco
construir un proyecto
viajar a los lugares venerados
—ah: no hay tiempo sino para coger

















(¡No me vayan a salir con que esto ya lo dijo Tomás Segovia
—y lo dijo mejor!)

Quizá: “no buscabas el arte / amor buscabas”

Sí!

(Pior: “esto no se lo habías dicho a nadie ¿verdá?”)






















¿Se volverá, Dios, Consuetudinario, Buena Costumbre, Hábito Aceptable,
esto, un mesurado amor
—sin un demonio?



























Nos dicen que vivir sin pasión no vale la pena

Nos dicen que vivir con pasión es un pecado

Nosotros nos decimos: solo me interesa tu carne

























[ Mia—no kieras q t ame todos los dias
igual
aveces deboxcribir ntros cojeres
decires y de otras
cosas g-g mmmuuuuuaaaaaaak

~ ~ ~ ~ empapada ~ ~ ~ de ti. :—ơ ]























—Mis pasiones no existen
(ay, ataráxico!)




























Veo muchachas —don del Ojo— y pienso en ti

Mira cómo aquella niña se parece
Mira cómo aquella joven es distinta
Si la nariz si el pelo una cadera
A veces una pierna larga
A veces un perfil sedoso
Esa modosita como tú
Quizá menos audaz
Qué modito de caminar
Qué manera de partir el aire
Incluso una mirada de quién-será-este-señor
O imperceptibles olores casi

Pero en ningún caso se me ocurre
llevarlas a las telas donde oficias los misterios
—no quieres iniciadas ni vestales ni huilas ni huríes

Veo muchachas —como siempre—
aunque ahora me digo qué sino
qué buena fortuna tuve
—y sin mover un dedo








Lavo mi ropa Modosita
las sábanas humedecidas túrgidas
con alegría —el ejercicio aligera—
aunque huelo con decepción
luego de exprimir y colgar
que la fragancia “Mar fresco” del Suavitel
ha diluido tu olor de entre mis dedos























Cómo me gustaría que me cortaras las uñas de los pies
que me arreglaras la melena
y yo pintarte los párpados de azul eléctrico
alisarte las pestañas con la cucharilla
tallarte la espalda con las palmas
ponerte crema de las nalgas al tobillo
dejarte más lista de lo que eres para irte a tus clases
luego de servirte manzana y ate de membrillo jugo de uva
que me beses con ganas de no irte
correrte y limpiar el suelo secar el baño hacer la sopa
más la receta nueva que me diste calabacitas tiernas en lasagna
mientras me dabas un masaje a fondo
—pero es una ilusión: no querríamos sino coger y besarnos
darnos de comer en la boca con los dedos besarnos
(¡alguien tiene que ceder!)















Coges como una diosa
—no:
las diosas han de coger como tú:—ç



























Será posible vivir así por siempre
—me pregunto haciéndome el ingenuo
como si no supiera—

Ella
asertiva
mejor contesta:
—No sé mi amor






















[Tengo frio:—( abrazame ~ y calientame en la cama
despues un café y me lees todo lo que escribes
y me haces todo lo que ya me hiciste ~ sip (?) ]



























No es la muerte definitoria
la de a deveras
sino la cotidiana
—deberes idiosincrasias
usos del dentífrico platos del fregadero
las horas señaladas el modo de dormir—
la que nos matará























Ay: cómo no hay un solo tiempo
Los tiempos siempre se entrependejan
Ya estás conmigo
mientras todavía no puedes
dejar a tu marido
Y estoy contigo ya!
























[ Sabes me urge necesito ya
tus brazos en mi cuerpo,
tus ojos en mis ojos,
atua dentro de mi¤
y lunar mano≈≈≈
Hasta cuando?

Kalhentamante! Kiero. P kalmate, kueves¤≈§Θ

Jajajaj si no nada más es kalentura babs.
Es por k quiero verte, oírte,olerte, comerte,
toquetearte y por k el deseo es insaciable je.¤:—* ]


















Se me presentan dos cosas
ahora que estamos cogiendo
cuando vas a tus asuntos
mientras pienso escribo cuento:

si acaso es barbaridad
esto que estamos haciendo
si lo que estoy escribiendo
no es peor barbaridad

Entregándose los cuerpos
en su lascivia creciente
son la más pura inocencia

Grave riesgo malo truco
la pretenciosa palabra
creyéndose más que el ser













También son inocentes las palabras:
depende de cómo las use quién
que las reviste o las desnuda de signo y forma
con las degeneraciones del odio
con pervertido arte sutilezas
o se deja llevar por los dioses posesivos
para cantar las apariciones de los cuerpos
el gozo de estar siendo y haber sido
antes del tiempo en que se desvanezcan





















He ahí otra prueba
inversa proporcional a la baudeleriana (“Mientras mejor piensa el hombre de letras, menos fornica.”):

Escribo mejores sutilezas
mientras menos cogemos
—porque no estás























Ahora capto:
antes de que existieras en mi mente
lustros pasaban
volviéndome más y más espiritual
hasta me engolfaba en los poemas inefables
—horresco réferens!
























Pero ¿por qué nos coge el Amor
y nos pone a coger si luego
nos ha de dejar?

Solo para servir a la especie
mandato animal absurdo?

Para apacentarnos en las tibias aguas bajas
de la cotidiana asfixia?

O para recordar de olvido en olvido
el resto de los días hasta la decrepitud
qué fue la eterna felicidad innumerable como el desierto feliz?

Quizá por eso no se acaba
que dado ya todo por muerto
aparezca una belleza tímida luz sonriente :—}













Las líneas del tiempo son ilusorias—
Vivir —círculo de la circunferencia de los ciclos
¡oh antiquísimo sabor! Nacer: volver a empezar :—&



























[ Me encanta estar contigo
ayer estuvo incre
hasta parece que nunca había cojido
:—ơ~ ]


























Habrá pensado en ellos Sade/los solos
En ellos Bataille/los impotentes
Ellos Henry Miller/onanistas obligados

En los enfermos de enfermedades innombradas
entonces desconocidas terribles antes y después
esquizofrenia bipolaridad anorexia
mitomanía hiperkinesia depresión
ganas de no copular agresividad
males de la sangre nulo carisma
catolicismo familias estúpidas
simple soledad inveterada
puritanismos sexofobia
parálisis cerebral
neurobacterias
desidia asidia
ilimitados límites de los pobres cuerpos
para atreverse a mirar y decir: “quiero”?

Quizá García Ponce
ya multiesclerótico
siguió diciéndolo:
Dónde está el cuerpo—(







Nosotros no preguntamos por qué los líquidos fluyen
—de vino a vulva del alma al cuerpo agaves granos
elíxires café mango mordido manzana podrida
lúpulos secreciones excreciones semen saliva
esa frescura expelida en los orgasmos vaginales
té de todo amargor anís manzanilla hierbabuena
cebada pulpa stout lager sidra uva citrón mezcal
tibio frío fogoso dulce acre reposado joven añejo
acidulado cremosísimo recto paladar sinuoso
delicatessen—
solo nos sorprenden nos llevan nos caen nos purifican
chubasco en el ardiente mayo de nuestras orgías
en el verano de nuestros desarreglos

















¡Por qué a la cama!
Por qué piensan en la cama
único artefacto y ya—
si hay lavabos amplios
banquitas sillones
mesillas de centro
alfombras excusados
mosaicos regaderas
paredes ventanas
pisos suelo pastos
copas de árboles
potreros riscos
cascadas aluviones
vegas lechos fluviales :— ~
















Recuerdo tu luna circundadora
un punto en el móvil centro del aura
la punta de la lengua la recuerda
recuerdo recordar haber mirado
tu lunar traslaticio con sus dejos frutales

























Ahora sí se mueven mis dedos
por tus inmediaciones

niños traviesos jugando al sol
entre los dones del aire cálido
a sus anchas por la tierra seca
a la sombra de higueras pirules
amasando lodo con las aguas
pasteles postrecillos—





















Que no es sólo genital —recetan los moraloides

Mas cuando con la lengua ya hemos recorrido
las extensiones con haces y enveses
entrado salido horadado hasta el orificio del poro
corrido deslizado con yemas con claras con espumas
plátanos con crema batida moras durazno con yoghurt
bajado subido por pelos y señales a pie a rodilla volando
quietos decires miedos gritos extáticos temblores compungidos
y un horizonte vertical da luces de nadir al cenit

vemos el mundo erigido de vaginas comprendido de penes
y todo lo demás constituyendo un cuerpo —cual los poemas

















[ Piensas en mi todas las vaca
te voy a extrañar mucho
el tiempo se va tan rapido contigo:—(

Y a mi más veloz c me hace el tiempo:
soy dichoso
Mua mua mua ≈ ≈ ≈  ]























Cuando en los poemas se mienta la palabra ‘poema’
oséase que se está haciendo literatura
pues la carne verbalizada se va tornando memoria de lejanías
porque hasta mañana ya es demasiado
lejos lejos —ya no sabemos qué hacer

























¿No estaremos nada más endemoniados
—enamorados es otra forma
la forma establecida de decirlo—
arrobados por nuestros queveres
cuerpos arrobados arrobadas almas?

Sobre lo prohibido está esa belleza
con que nos permitimos y parece no tener fin
como la belleza estipulada por el platonismo
el deseo de lo que falta —dicterio del Bebedor de cicuta

Acaso endemoniados
—creyéndolo infinito
ignorando que se debe a su fin
pues enceguecidos nos damos
por el fulgor de nuestros cuerpos

lo insaciable manando en sus ausencias
lo insaciable manando en sus presencias

alimentadas nuestras almas por su sed
bebidas por su hambre
tajadas
lubricadas
ingeridas

Será eso
—no quisiéramos que se acabara—
ese infinito
goce insaciado
gusto de estar
de devorarse
consumirse
pero
acaso endemoniados
libres
mas esclavos de la brevedad

—“de otra manera, de acuerdo con la teología, no sería placentero sino una condena” enseña García Ponce—
¿seremos eso?



















¿Qué importará la muerte de nuestro amor
si sabemos
que una minúscula partícula de la vida verdadera
nos ha rozado
pertenecido
sido nuestra?

¡Al diablo con la muerte!

Seremos
mientras la memoria deseosa no se muera



















Qué dios inicuo nos infesta con tal pasión eterna
—a tantos devorados engendró con su virus
de Paolo a Francesca inocentes leyendo un libro
y tánto y tántos tántos
declarados réprobos de un amor infinito
en el Infierno infinito!
























Acaso es vicio mayor esa pasión de la eternidad
que nuestro temporal deseo de hacer a un lado el mundo para siempre—




























[ Estoy enojada por k yo no queria dejarte
Quiero estar con mua en su casa cama baño
y sillón tomando café viendote como tonta
Tqhartooooooo:—D;—( ~~~~
Extraño la casa de Aura y tu verga entrando en mí.
Mimar y amar a mua k ya soy tuya :—D ~~ơ~ ]
























Huele a ti el libro que me prestaste
(Historias en la palma de la mano
de Yasunari Kawabata)
del arranque del cuello atrás de la oreja hasta la curva del hombro
pasando por el hueco de la clavícula
el doblez del codo
antebrazo caníbal
muñeca suicida
pulpa de palma y dedos

¿Qué harás con los libros que se impregnan de ti madera tierna
o tu cinamo-benjuí se contagia de las páginas
con aceites de qué hojas hicieron esas tintas
eres igual que un libro
con sueños
atmósferas frágiles
de no sé qué árbol?

—no quiero devolvértelo











[ Mimés::—) ¡mmm upss! mis sábanas
yastán encobrenadas~~~
Oh costras de la sangre! ~~~
Si estuvieras aún ;—/
D q será ese olor
kuantos ignoraremos
d mi tu ntros cuerpos
hasta que se encuentran! —°}{°— ~~~ ]






















Rendidos ya por lo insaciable
yacen como si una muerte pudiera hacerlos nacer

Si los viera así entrelazados de miembros
emanando humores óleos animales e inorgánicos
en la penumbra tersa del bosquecillo sacro
el íntimo hacedor de la Oda a Psique
acaso confundiría esos cuerpos confundidos
con la Última Nacida sin altares ni oferentes vírgenes
con su Furtivo Amor Perenne
sus labios
a punto de tocarse otravez si despertaran—
erigiría incitantes pensamientos
para solaz de quienes en su dicha ignoran
—se les haría curioso
a los cuatro durmientes y al soñador inglés
si alguien sintiera que la carne es triste
y todavía lo hubiera puesto por escrito












Qué ganas me dan de estar contigo cuando no estás
Cuando estamos juntos
qué ganas nos dan de seguir juntos
Pensamos sin pensar entonces en la vida perdurable
Quédate conmigo tráete tus cosas no te vayas
Sin darnos cuenta que así la eternidad se muda—
























Castigo divino de la carne:
ser expulsados a los hostigamientos de la muerte
y en este mismo mundo adheridos
a la fascinación de los comienzos


























[ Puta tuya, tua puta,
puta en tu cama, puta en tu baño, en tu sillón,
a la k le encanta tu puta y dura verga
pero t da besos castos y tkh. Sip Tua puta:—P ]


























[ Kasta Mia
komo xñ mi verga a tu coño
odoroso lampiño cuerpecillo
Tkhartomente:—} ;—( ~~~~
Puta mía dices ser ‘’ soy tu puto
Mimar y amar a tua k ya soy tuyo ;— ơ~ ]
























Coger: modelo del amor: nunca siempre el mismo ritmo
siempre la variación de las posturas postulados apuestas
nunca indistinguir el silencio con lo dicho
ni con la palabra la poesía—

Acaso así perdure un poco más
antes de las desolaciones del odio de la desmemoria
—hórrida voz—
y quizá volvamos a coger como al principio





















Qué vas a hacer con estos huesecillos
cuando ya no se muevan




























[ Dejarte y no por la rutina
k valga madres y no por falta d amor
dejarte por k t amo hartamente
y x k él lo va a notar:—( ]


























Estamos a punto de acabar nuestro libro—
Ojalá sea el comienzo para otros




























[ “Más que a nada.”
Y sufro cuando no te veo:—@
y cuando te veo sufro
por no tenerte para siempre:—(.
Más que a nada. ]

























[ El mundo lo descifro xk creo en tua.
khartamente puto beato mío

Qué delicia vivir para conocerte! ]


























[ K es “motus animi continuus”?
Me encanta hacer el amor k tua.
Me calienta ser tua perra.
Me agradan tus pláticas.
Qué se sentirá ser Tua y estar dentro d Mua? ]

























Cuando veamos con asco este libro
con tal horror esta retahíla de renglones
justo desprecio por las palabras que contiene
pues desean ser el nombre de nuestras cositas
aluden si ya no se pudo de otra forma
usan apodos castos o propios de la plebe
se aproximan descarados señalando con el dedo
los momentos los actos las partes (sec… zuales)
infaman con sus gestos al verdadero amor

cuando queramos que se arroje al fuego
en las librerías de viejo se le refunda
se desintegre en las recicladoras
porque nos molesta su desvergüenza

habremos entonces valido madres. ;—(:—o :—p ;—) }—m{—l;—> ~














Tres de Sua sobre tua y mua






















I






Mientras recojo mis bragas del piso
mininos inexistentes en tu cama
ronronean la lógica del amor.
Oye, no especules cuando estoy de espaldas
solamente quiero:
sopa, postre.
Ah sí: y una manzana.
















II






Y vuelves perro a beber los extractos
de mi origen y vuelcas a mi lado con apetitos de abrigar
todos mis torrentes, desollar huesos
y arder entre mis pies.
Te recibo
un poco muerta y decreto:
¡reviéntame cabrón!
brinca entre mis pulgas
y muéveme el culo.














III






Tua
preguntas:
“¿Tienes miedo de que me muera?”
¡Carajo!
Y cómo no tenerlo
si para mua acabas de nacer.
























Ahí el ojo contempla sin fatiga y el deseo de contemplar es insaciable, porque no supone un vacío que llenar, una necesidad cuya satisfacción trajese disgusto.

—Plotino, Enéadas, V,viii,iv, “De la belleza inteligible”



Lasciva, de atractiva sonrisa,
lleva tras sí todas las miradas,
los labios
amorosos, gordezuelos,
pero bien delineados, causan un extravío
suavísimo
y destilan
una dulzura, como la miel más fina, cuando besan,
como para hacerme olvidar, más de una vez,
que soy mortal.

 —De los Carmina Burana, s. xii-xiii, trad. Maria Pons Irazazábal




Amargo como la vida; dulce como el amor; suave como la muerte.

—Dicho saharaui sobre diversos preparados del té