Ese reloj es muy exacto
Gerardo Lino
Lectura en
Etcétera librería
221112
ئ
Canción
Te quiero
—me lo dice en
unos tonos...
como si la
lluvia no mojara
como si se
empapara el sol
casi feliz y
entre triste
como si ya me
dejara
mas no quisiera
dejar
que se sepa
alguna vez
Te quiero—
casi como si
nunca me besa
rebañados los
ojos de agua
de rebañada agua
en la sal —niñez
Qué puedo medula
mía
si ya no sé ni
qué hacer
Amarla cuanto es
tan bella
morir sin querer
por qué.
Orden del día
Tal vez,
caiga Somoza, amor
mío.
Haremos hoy la
de diospadrecomoanimales
y ya luego nos
iremos
a la marcha
contra la imposición.
“Te amo a
madres,
y padres y
hermanos,
y la prole en
general!”
Nix Nox
Ahora
que ella
duerme
y el agua
sigue
cayendo
El péndulo
en griego canta
nix
Latino
responde
nox
Bajan
las aguas
caóticas
Pero
su canto
es único
Nixnox
nixnox
nixnox
En lo oscuro
respira
nix
En el agua
exhala
nox
Del péndulo
de las aguas
de su aire
Su sueño
tan sereno
su destino
Me es
vedado
saber
Qué
me depara
el día
Ese reloj es muy exacto
Ese plato que me
obsequiaste
sazón especia
corte delicado
lo quisiera el
aire para su voz
el surco para la
semilla
la mano para su
cerebro
los mosaicos
para su escoba
la paseante para
el albañil
y el albañil
para la joven
la cebolla para
su escarcha
el papel para su
lápiz
la niña para sus
mayores
el balón para el
descalzo
la ley para el
litigante
el ladrido para
su perro
la palabra para
el sentido
la tarde para su
aurora
las hojas para
algún árbol
la
circunferencia para su círculo
las travesuras
para los juegos
la carne para su
alma
el mártir para
su verdugo
el espíritu para
la letra
el cuchillo para
las frutas
la enamorada
para su amor
y luego la
cereza y el pastel / de ese perfeto día
Es y se
va
Aprovechar ausencias
is
Distorsiona el tiempo igual que
un papel de celofán
en las manos de un niño
—días-años/qué hora es/
qué largo es el invierno/qué
es/cómo
se nos ha ido el verano en una
noche
no existe el estío/siempre
estamos húmedos/
no habíamos...—
igual distorsiona el foco
por cerca por lejos por enmedio,
igual
distorsiona el sabor seco el
dulce lo picante
la sangre con los fluidos
ardorosos si no fluyen
como si nada se oyera
distorsiona la música
Nos hace oír lo inaudito
—otravez como si nunca
distorsionadamente tornados
ritornelos
siempre / no existe el día ni la
hora / hoy es
Torsiones de la lengua —esta y
las otras:
las de hablar las de besar—
signos inaudibles
jamás escritos sino con papilas
torciéndose
moluscos fósiles de moluscos
vueltos a vivir
Olores que ya no son de uno de
una de nos
distorsionando la lógica de la
ciencia
del buen comportamiento y la
palabra
decente consciente atingente
condescendiente
sino sinuosa distorsionada sin
nadie
a quien le importe lo entienda
lo huela
Ya de la piel las pieles labios
ni qué decir
los pelos y las uñas músculos
tendones
Es el distorsionador de la
mentada realidad
—unos dicen que es una diosa
otras dicen que será un dios:
comosellame
distorsiona y nos pone a coger y
amar
amar y hacer comodiosmanda: a
ser
y bien derechos ya torcidos ya
perdidos
en la obediencia que nos tuerce
a dejar de estar abandonados
—luego ir a los demás concomitantes—
a volvernos en el tiempo de los
cuerpos
retornos que ignorábamos
—tornos.
Y el péndulo nos marca
el ritmo.
Ahora sé
Amor entra en
uno
Sale cuando
quiere
Nada tiene que
ver
Con los enconos
Ni con el odio
—Accidentales individuos—
Muertos son
aquellos
A quienes Amor
dejó
Y puede volver a
entrar.
Resistencia de
materiales
Esto que te cuento
Al tiempo no le importa.
Fue en un tiempo que no es
—así es el tiempo: siempre es y no.
Crees porque lo lees
Que existe: no es de verdad
Solo es una runfla de palabras
Queriendo decir cuánto te quiero
Aunque quisiera decirlo como si nunca
Como si no estuviera desgastado por el
uso
“Solo te amo” —esto quizá lo entienda
quien lo dice
Esta querencia en que vives
Tan cierta como tu sístole
Apenas se puede decir
Amor excede las voces
Excede los cuerpos
Los significados
El tiempo
Y al tiempo
El tiempo no le importa
Cada día contigo es como tres
Se despierta de
una medianoche a mediodía
O agradece un
amanecer en plena tarde
A media mañana
se siente la madrugada
Y a la hora de
comer la mesa está desierta
Mientras la cama
congrega multitudes
O el sueño
eterno babea en el sofá
Sabemos y no
sabemos lo que hacemos
Suena el reloj
cada media hora
A veces con una exactitud
que espanta
Cuando acabamos
de acabar algo
Una frase / un
gesto descubierto
Un paso desnudo
y una risa descalza
A veces a
destiempo como una rara ave
No juntamos los
tiempos ni tejemos los días
Las noches ni
los minutos son nuestros
Mientras nos
contemplamos en ellas
O escuchamos en
la pared el tictac
Ido y venido ido
y venido
No sabemos y
sabemos de los días triplicados
Poligonales
dentro / de las afueras
En las bases de
las puertas y las ventanas
Examinamos
probamos corremos el tiempo
Corremos con él
/ lo detenemos
Pregunte o no
nos pregunte
Ni el día ni la
hora
—y luego ni en
qué año vamos
Con y sin
El amor no se
escoge
Amor nos escoge
{De ahí que no
sepamos}
}De ahí el ya
saber{
El resto es
nuestro
{De Nadie}
Ya sabremos
}Duele{
Nada somos
Sin y con
Es
Desacato —la
dicha
Desacato —la voz
desafinada
Desacato —que
sea feliz como es
Son
Viene
pero no de los
instrumentos
la música
Así el amor tan
suyos nos hace: nos confunde
Que no somos sus
dueños
Que hemos de
servirle
Por esa forma
—espíritu de
nuestros cuerpos—
sonamos cual
debe—
Sine die
La dicha eterna, ah:
Que me digas “Te amo”
Igual si te lo digo
Es una eterna dicha
Que duraría por siempre
Si para siempre fuéramos
Mas viene otra mañana
Urgida de escucharse
De la lengua al oído
Por mensaje por humo
Dímelo digo dices
Dame la vida eterna
Te amo: no solo hacerlo
Decírnoslo al instante
Y en el menor descuido
Sin hora señalada
Mañana tarde y noche
A menos que la muerte—
Quiero saber tus sueños
Las mujeres que
fueron,
tanto madres,
amigas, compañeras,
como las que
pudieron haber sido,
ya no digamos
nombres,
el hoyuelo en tu
mejilla tenían,
tu mirada
inquisitiva llevaban,
esa niña
azorada, esa vieja
del colmillo
adorable,
la joven
sabedora de carnes y de espíritus,
aquella
madrugada en tu ausencia me abrazaron.
Estoy bien.
Buenos días. Gracias por preguntar.
Odo
Nuestro olor muestra el ser
desde los orificios hasta la superficie
Por llegar al fondo del fondo
sondeamos sumergimos
Verduras ingeridas
Toxinas excitantes
Pone sus límites el alma
a través de su cuerpo
Ella nos da a probar de ella
del ser un poco acaso
Vapores de la carne
Dejos de sangre mineral
Sabemos que hemos sido
pero nunca del todo
Nos mueve el alma al cuerpo
Del cuerpo al alma vamos
Salivamos abrimos
Volvemos a probar.
Con ese beso tan
intenso
Ah: no vivas conmigo
Abandóname mucho
Dale vueltas al orbe
Vuélvelo revolotea revuélvelo
Ve y hazlo como quieres
Con tu calor tus labios
Vocéalo escúchalo camínalo
Hazle ver dale pellizcos abrázalo
Hazte bolas con eso
Que ya no se haga bolas
Déjalo dando vueltas
De su extrañeza ríe
Sobre ti misma vuelve
Recógete en tu tiempo
Y a tu antojo revuélveme
Hazme otravez tu mundo.
Diario
Avisa que viene una mañana luminosa. Y viene.
Se asoma por la reja —se ha acercado audaz—
y al mirar que es mirada baja la mirada llena de pudor.
Saluda comodiosmanda
pasa con la timidez de juanporsucasa conversa un minuto
y se deja tocar la muñeca.
Luego todo es confusión de labios atrevidos
manos temblando por explorar las pieles
por confirmar indagaciones —es cierto este rumor de pelvis
cierta la lucidez de los escritos
ciertísima la emanación de los sudores—
por encontrar lo ya encontrado de brazos adyacentes
ijares una curva hondísima en la región lumbar
salivas arriesgadas olores iniciados en su reconocimiento.
Han pasado noches y días a la velocidad de un instante.
Dice que no vendrá una tarde nublada. Y sí: no viene.
Entonces la casa comienza a llenarse de preguntas metódicas
de inquisiciones administrativas de cronicones momentáneos
y dudas insensatas.
Es el tiempo de poner por escrito aquello que aún queda en
la carne viva
los aceites que rezuman todavía sus vapores
las prístinas gotas de la esencia esparcida por los suelos.
En ese tiempo de cierta locura vuelven a florear
las puertas por donde puso las espaldas los sillones
indican con precisión científica el pliegue y su
nomenclatura
el modo en que la cabellera se posaba
volaba en un requiebro
cubría unos párpados idos a la exaltación de Santa Teresa.
Es el tiempo de San Juan en su celda.
Vuelve un día. Y el día vuelve con sus noches.
Quizá no se haya dicho nada de su voz
—nadie puede repetir esa voz en este oído—
quizá nada del tono de sus iris
—ningún ser vivo habrá de verlos al sol
o en la penumbra de la madrugada
ni en las indefinidas clarideces del ocaso en este ojo—
quizá nada —en absoluto—
de su tersura en el hombro en la planta en los resquicios
de sus senos
en el abismo lúmbico en el arranque de sus muslos en las
corvas
en la base de la cabeza por atrás de su oreja izquierda
—con este tacto con esta lengua—
ni sobre la herida de su vientre ni acerca de la forma
estricta de su vagina
ni rozando el ilíaco que aún se ríe
—no habrá nariz que recuerde sus variedades religiosas
sino ésta que firma de dedo y piensa en sus deslices
y sus delicadezas ahora que no está—:
pero no importa: ella vino
vio
y por el momento deja que esto se escriba.
“Seré tuya hasta que se te enfríe, digo,
hasta que te enfríes.”
Sería prolijo entrar en detalles
—es el amor su ausencia
su fraseo finido
su modo de cortar la carne
—es el amor su estar como si no estuviera
su irse como si se quedara
sus olvidos recordados a tiempo
sus recuerdos del deber para siempre extraviados
—es el amor su modo de ocuparse en las ociosidades
de rabiar por lo torcido del mundo
de apuntar con dedicado esmero lo que ha de venir
y lo que acaso ya no vino.
Vengo —exclama— y en la insensatez del tiempo viene
Voy —anuncia— y en la necedad del mundo viene
Vaya —sé— todo es cierto por una vez en este instante incluso
si no viene
Suena ya la campana de San Francisco media hora antes del
mediodía
—ya ha de venir
—los dejo.
Sin vivir
Imagino que mañana te espero
pero sin esperarte.
Qué clase de muerto he de ser
yendo y viniendo por el pasillo,
visitando la cama, contemplando la mesa,
saliendo a tomar aire, a fumar,
espiando los mensajes, escribiendo:
Qué muerte será esta de ser solo.
Qué vano habrá de ser el sol sin ti.
Quién es el que está muerto.
Quién eres que mañana no has llegado.
Lectura
Buscamos el amor en los poemas
a ver si nos dan la cifra de la dicha
el secreto cierto para tenerlo al fin
Como si el amor no nos estrujara
entre el hallazgo feliz y la zozobra
los goces corporales y el miedo de la muerte
Ha de ser porque no lo conocemos
o queremos reincidir a pesar de nosotros
pues no ha de tener caso quedar solo en el tiempo
Y los poemas nos dicen sí no con y sin
que allá quizás o de tal modo el nunca jamás
la eternidad en sus contrariedades.
Puesto que no nos basta su querencia vacía
cerramos el libro y buscamos otro.
Relectura
¿Dónde estará ese verso
cómo decía
en qué libro lo habré visto
era tan claro
que hasta ya creí haber llegado
recuerdo haber sentido
su plenitud
O era una persona
acaso fue un lugar
de seguro un momento
Casi estoy en lo cierto
era algo parecido
o era el mismo
el preciso
amor
inextraviable?
I-gi-tur
Amor es perfecto.
Uno es el que la caga.
No seremos sin nos.
ئ
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