fuera de la necesidad
ahítos en el deseo
de vida enmedio de la muerte
sin deber decirlo diciéndonos
cosas como si fueran cosas
voces como si fueran dioses
entre la asfixia y el aire
ah, ayes, gemidos, flujos del espíritu
tornamos a tomarnos como si una nada
volviéndonos instantes reales o alucines
valiéndonos de lo real
del fantasma el sentido
obedeciendo al pulso al olfato al ser
enviando al sitio de lo ya dicho inauditeces
como si nunca
somos únicos nadie ha vivido
—seremos de los pluscuamfuturos vivientes
cualquier muerto es nuestro: vivaces—
firmamos con coño y verga tu verga tan tuya tu coño de nadie
hemos de ser —diosas propicias—
siempre coño mío verga tuya
solo entre nos
—y que se venga el mundo
ئ
Le velo du Printemps 1948, Robert Doisneau |
}Jueves 12 de septiembre de 2013{
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