domingo, 1 de marzo de 2015

Ensayo del tabaco / Gerardo Lino

a la memoria de Montaigne, que supo


Aroma del tabaco no existe uno solo
Viene de las tierras de donde vino
De los tiempos húmedos en que fue secándose
Aquellos sudores de las manos que los tratan
Finas yemas que los han forjado
Humores de la hora
Toque en el paladar
Multípilos nasales
Si ya encendido si aún no

Cualquier viejo fumador lo sabe
A cada rato en que se antoja
Respirar aventura

Cómo es entonces que una tarde inopinada
Al calar el puro conque me atosigo de gozo
Aparece entre los nervios de los labios de la lengua palatal
Ese aroma de tu aliento
Dulzura de tus comisuras
Olor diciente de tu lengua
Espiración de tu nariz
Tono casi mudo de tu piel
Aire exhalando por tu boca

Fuma uno inadvertidamente
Inhalaexhala detienecontiene
Hala
Tiene
Humo entre las oquedades
Ah
Juuu
Vuelve tu presencia
Tus ojos tabaco

Y la tarde a punto de acabar
adquiere su sentido.



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Helmut Newton